EL CABALLO MARINO

 

Se llama Caballo Marino a una curiosa bestia o raza de animales al servicio de los brujos de Chiloé, morando en las profundidades marinas o entre las olas y pudiendo subir a tierra firme por voluntad propia o la de sus amos. Es de enormes proporciones, alcanzando más de 12 varas de largo y cuatro de alto, según algunas descripciones. Pueden montar su lomo 13 personas a la vez, lo que equivale a todo un Cabildo de brujos de la famosa "mayoría", como señala Oreste Plath; toda una secta de hechiceros encima. En tierra se ve tan alto y largo como un quincho o cercado de estacas pero, a pesar de su volumen, es sumamente veloz.

En general, se lo describe con la forma de un caballo normal pero con aquel tamaño gigante, como escribe Nicasio Tangol, aunque la mayor parte del tiempo sea invisible y sólo los iniciados o "alumbrados" en la magia sean capaces de verlo. Otros señalan que es tan feo como grande, con el hocico más prolongado que un caballo normal, crines de dolor dorado y que arroja espuma blanca por la boca, cual personificación de las marejadas. Como se alimenta de algas tipo luche y cochayuyo fresco, puede adquirir tonos verdosos oscuros en ciertas versiones como la recogida por Renato Cárdenas. Algunas representaciones más modernas lo retratan también como un ser mitad caballo y mitad inferior de enorme pez o cetáceo, realzando las grandes semejanzas del mito chilote con el de los hipocampos de la mitología griega. Héctor Véliz agrega que tienen "extremidades mucho más hermosas que un delfín".

En varias tradiciones, el Caballo Marino no es un personaje único, sino una raza completa de criaturas con tales características: de diferentes tamaños (desde el porte de un delfín hasta el de una ballena), viviendo sólo cuatro años y que, al morir, se convierten en una gelatina rápidamente absorbida o degradada entre el mar, las rocas o la arena, algo probablemente relacionado con la observación de medusas, jibias y otros animales que aparecen en las playas. Cada brujo puede llegar a tener disponibles uno o más de estos Caballos Marinos, incluso marcándolos con su sello y herrándolos, ya que es un animal dócil y no maléfico. Hasta podrían ser domesticados en ciertos casos, siendo capturados por los brujos con cuerdas de sargazo cuando van a bordo del barco fantasma Caleuche, si este se encuentra navegando bajo la superficie.

Un Caballo Marino es llamado por los brujos con un silbido especial (de cuatro tiempos, en ciertas creencias), apareciendo rápidamente por entre las olas nocturnas para internarse por la orilla de la playa donde es convocado. Podría presentarse acompañado de un extraño resplandor propio y sólo puede ser gobernado con riendas de sargazo que se usan para cogerlo y guiarlo cuando aparece, ya que emerge con cierta desconfianza y alerta propia de todo animal semi-salvaje. Víctor Nahuil indica que aparece "al bordear una puntilla costera, chorreándole el agua, saliendo del fondo del mar después de haber realizado su tarea junto a los 'pelapechos', del Caleuche". Se cree que ir con él por las aguas evitará también los castigos del soberano de los mares, el rey Millalobo.

Se solicita la presencia del animal cuando el brujo o varios de ellos no pueden volar con su macuñ o manto mágico hasta otra isla del archipiélago ni ir al Caleuche, pues los brujos del sur no pueden subir ni bajar del barco fantasma con el mismo macuñ. Lo llaman también para acudir a algún aquelarre en alguna isla o destino lejano. El monstruo los lleva por el mar, montados en su espalda mientras él nada y, a veces, todos desaparecen bajo la superficie marina durante el viaje, mágicamente, reapareciendo y saliendo afuera ya en el destino. También oficia como mensajero de estos brujos, en caso de requerirse esta función. Al terminar el trayecto y llegar a destino, basta con quitarle los sargazos y dar una palmada en su anca izquierda para que entienda que su trabajo está cumplido y vuelva a meterse en el océano.

Aunque tenga capacidades anfibias, el Caballo Marino permanece viviendo siempre en la cercanía de las costas. Dicen los pescadores que si se llega a hacerse visible cerca de los corrales de peces, esto es anuncio de que se aproxima una escasez de pescado.

Bibliografía:

  • Cárdenas, Renato: "El libro de la mitología de Chiloé". Editorial Atelí, Punta Arenas, Chile - 1998.

  • García Barría, Narciso: "Tesoro mitológico del archipiélago de Chiloé. Bosquejo interpretativo". Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile - 1989.

  • Montecino Aguirre, Sonia: "Mitos de Chile. Enciclopedia de seres, apariciones y encantos". Catalonia, Santiago, Chile - 2015.

  • Naguil, Víctor: "Chiloé. Historia, mitología, artilugios y costumbres. Comidas típicas. Medicina Popular. Supersticiones". Imprenta Cóndor, Ancud, Chile - Sin fecha.

  • Pérez, Floridor: "Mitos y leyendas de Chile". Zig Zag, Santiago, Chile - 2016.

  • Plath, Oreste: "Geografía del mito y la leyenda chilenos". Editorial Grijalbo, Santiago, Chile - 1994.

  • Quintana, Dr. Bernardo "Chiloé mitológico. Mitos. Pájaros agoreros. Ceremonias mágicas de la Provincia de Chiloé". Telstar Impresores, Temuco, Chile - 1987.

  • Romero González, Jaime Patricio: "Mitología de Chiloé". Edición independiente, Ancud, Chile - 1997.

  • Tangol, Nicasio: "Chiloé. Mitos y leyendas. Archipiélago mágico". Editorial Quimantú, Santiago, Chile - 1972.

  • Véliz, Héctor: "Chiloé mithology. El origen de un archipiélago. Bilingüe". Editorial Menta Negra, Chiloé, Chile - 1995.

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