EL ANCHIMALLÉN
Seres mágicos provenientes de la mitología mapuche y pehuenche, los Anchimallenes a veces han sido confundidos con los Cherufes y con los Laftraches, otras criaturas equivalentes a los monstruos y gnomos en las tradiciones de la Araucanía. Aparecen ya en antiguas crónicas de Arauco y son descritos con algunas diferencias, según cada fuente. Los relatos araucanos se refieren a la criatura también como Anchimalén, Anchimalhuén, Chimalguén o Chimalén, habiendo otras corrupciones fonéticas zonales.
El Anchimallén es señalado a veces como una raza de enanos o duendes sin tripas, de aspecto infantil y de cola luminosa. Su existencia es dual: con un pie en el mundo de los hombres y otro en el mundo más espiritual y terrorífico. Según las principales creencias son seres naturales, pero según la investigadora Celia Leyton Vidal, un brujo puede "fabricarlos" con un bebé que es destrozado, luego rearmado con su propia sangre más otras tres gotas que se sacan del dedo medio o de corazón, esperando 40 días.
En general, siempre se trata de criaturas humanoides y un tanto asexuadas, de tamaño bajo cercana al medio metro o bien diminutos, parecidas a niños muy pequeños, casi bebés, incluso emitiendo un grito parecido al llanto de un neonato. Ocasionalmente, pueden aparecer como niñas, según lo que escriben autores como Rosendo Huisca. Suelen ser de andar veloz, siendo casi imposibles de atrapar si no es con carnadas y favores de algún mago. Se anuncian como luces, tal vez guardando alguna relación con eventos naturales como rayos, centellas, meteoros, estrellas fugaces, fuegos fatuos, etc.; o bien con animales lumínicos habitantes de los bosques, como es el caso de la luciérnaga.
Originalmente, sin embargo, el Anchimallén era más bien un tipo de espíritus luminosos que mantenían o lograban transformarse en esferas de luz o fuego, con rayos destellantes ante los asombrados testigos, posiblemente interpretados a partir de fenómenos meteorológicos específicos como los centellas o rayos circulares. Fue con las crónicas de europeos relativas al territorio que comenzaron a enfatizarse sus analogías y rasgos de identidad más asociados a gnomos y trasgos.
A dichos espíritus resplandecientes se los veía fugazmente antes de desaparecer, especialmente en las noches, durante las tormentas o batiéndose en contienda entre dos o más de ellos. Su presencia cerca de las aldeas a veces deja huellas pequeñas sobre el barro o la nieve, en el mismo sector que se oyeron sus gemidos infantiles. Habitan de preferencia en los bosques y los montes, sin embargo, flotando en el aire y descendiendo de cuando en cuando a tierra. Los perros ladran y se esconden tiritando cuando se hacen presentes.
Los Anchimallenes cumplen con un rol equivalente a una especie de mensajero o anunciador de la muerte o de enfermedades catastróficas en ciertos casos, cuando se deja ver en el mundo de los vivos o Püllü Mapu. Contemplar la aparición de uno o más de ellos no es una situación segura para los humanos, entonces: podía causar ceguera, dejar tuerto, aturdido, enfermo o "enlesado" (atontado) al observador, por lo que se recomendaba no acercarse ni perseguirlo, en caso se ser divisado o advertirse su resplandor en la lejanía. Y si se siente que un Anchimallén anda cerca de una casa, ruca, campo o lugar de trabajo, entonces, el afectado debe espantarlo haciendo ruidos con objetos metálicos como espuelas, sonajas u hojas de cuchillas, evitando así una tragedia. Si acaso ha enfermado o poseído ya a una persona, debe ser sacado del cuerpo de la víctima con una ceremonia machitún, a cargo de una machi.
Sin embargo, los hechiceros más diestros pueden utilizar al Anchimallén para sus prácticas de brujería, empleándolos como criaturas favorables a un propósito benéfico o malvado según la voluntad de un hechicero calcu, en otra analogía con las creencias sobre gnomos y duendes europeos. Para este propósito, el Anchimallén debe ser bien alimentado con sangre fresca y varios agasajos como leche con miel, frutas en almíbar y a veces hasta con chicha; de lo contrario morirá de hambre o bien se escapará buscando otro dueño. Aunque se trate de entidades etéreas, entonces, mientras más gordo y bien alimentado esté, menos posibilidades hay de que escape o sea robada por otro brujo. Además, contaban en Arauco que si se olvida saciar su apetito, el encargado puede recibir la muerte como castigo.
Dado que el folclore mapuche se refiere al Anchimallén como esferas de fuego muy brillantes o bien como bolas de luz azulada, no han faltado quienes intentan asociar esta creencia a ancestrales visitas cósmicas, naves espaciales y alienígenas. La dispersión geográfica de la leyenda, además, llega incluso hasta los alrededores del Nahuel Huapi y de Neuquén, en Argentina, y parece haber sido importante en el Archipiélago de Chiloé en el pasado, de acuerdo a ciertas opiniones. Algunas tradiciones más modernas los vinculan también a las identidades astrales de Antu (Sol) y Kuyén (Luna), con variaciones importantes a las descripciones más conocidas de la entidad.
Bibliografía:
-
Álvarez, Gregorio: "El tronco de oro". Secretaría de la Cultura de la Nación / Editorial Corregidor, Buenos Aires, Argentina - 1968.
-
Erize, Esteban: " Diccionario comentado mapuche-español. Araucano, pehuenche, pampa, picunche, ranculche, huilliche". Universidad Nacional del Sur, Buenos Aires, Argentina - 1960.
-
Fernández, César A.: "Cuentan los mapuches. Antología". Ediciones Nuevo Siglo, Buenos Aires, Argentina - 1999.
-
Guevara, Tomás: "Folklore araucano. Refranes, cuentos, cantos, procedimientos industriales, costumbres prehispanas". Imprenta Cervantes, Santiago, Chile - 1911.
-
Guevara, Tomás: "Historia de la civilización de Araucanía". Imprenta Cervantes, Santiago, Chile - 1898.
-
Guevara, Tomás: "Psicolojía del pueblo araucano". Imprenta Cervantes, Santiago, Chile - 1908.
-
Hilger, M. Inez / Mondloch, Margaret: "Huenun Namku. An araucanian indian of the Andes remembers the past". University of Oklahoma Press, Oklahoma, Estados Unidos - 1966.
-
Huisca Melinao, Rosendo / Loncomil Coñuenao, Manuel / Llanquinao Trabol, Camila / Millañir Amaya, Martín / Relmuan Álvarez, María Angélica: "¡Chillkatuayiñ Mapudungu mew! (Lecturas mapuches)". Editorial Universidad Catolica de Temuco, Temuco, Chile - 2007.
-
Kuramochi, Yosuke: "Me contó la gente de la tierra. Relatos orales de los mapuches del centro sur de Chile". Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile - 1992.
-
Kuramochi, Yosuke / Huisca, Juan Luis: "Mapuche (Los pueblos indios en sus mitos)". Abya-Yala, Quito, Ecuador - 1993.
-
Kuramochi, Yosuke / Nass, Rosendo: "Cultura mapuche". Abya-Yala, Quito, Ecuador - 1997.
-
Leyton, Celia: "Rupadungú". Editorial Universitaria, Santiago, Chile - 1968.
-
Montecino Aguirre, Sonia: "Mitos de Chile. Enciclopedia de seres, apariciones y encantos". Catalonia, Santiago, Chile - 2015.
-
Taroppio, Dafne / Jerez, Paulina: "Pewenentu. Cosmovisión, seres sobrenaturales y rituales de la cultura pewenche". Editorial Autores de Argentina, Buenos Aires, Argentina - 2019.
Comentarios
Publicar un comentario